REVISTA ENARTE #7, Arte contemporáneo
Alberto Anaut: “Vamos a asistir muy pronto al resurgimiento de la fotografía documental”

Alberto Anaut: “Vamos a asistir muy pronto al resurgimiento de la fotografía documental”



Por Arantxa Noriega

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Cuando Alberto Anaut fundó PHotoEspaña en 1998 no sabía que el Festival iba a llegar tan lejos. No lo dice como un elogio a La Fábrica, la institución que creó y lanzó la iniciativa, sino como alabanza a la fotografía y a todas las instituciones que participan en el proyecto.

 

Este gran impulsor de arte dice que la fotografía ha cambiado radicalmente en estas dos décadas y PHotoEspaña ha sido uno de los motores de esa transformación. Sostiene que el cambio no solo viene del fotógrafo sino también de lo que se fotografía. Es muy importante conocer que las imágenes cambian porque muestran realidades diferentes.

Explica que no hace falta inventar nada en esta disciplina pero cree necesario que los artistas profundicen en su trabajo, lo hagan con calidad y autenticidad. Como novedad, prevé un resurgimiento inmediato de la fotografía documental, hasta ahora proscrita, según su opinión.

 

En los 90, las exposiciones de fotografías no eran muy frecuentes en España, ¿cómo surgió la idea de este gran festival y por qué en Madrid?

Alberto Anaut: Porque Madrid disponía de una red de salas y de instituciones potentísima, con un nivel absolutamente compatible con cualquier gran ciudad europea. Como capital tenía una enorme capacidad de comunicación y el foco cultural partía de ella. En aquel momento, el Festival de Arles (Francia) llevaba 20 años funcionando, pero en España solo existía un festival importante, la Primavera Fotográfica en Cataluña, que se había vuelto excesivamente endogámico, con muchas exposiciones vinculadas a autores locales. Nosotros quisimos hacer un festival -en colaboración con el resto de festivales-, que trajera a Madrid lo mejor de la fotografía internacional y que diera la oportunidad a los autores españoles de codearse en la programación con los grandes. Se trataba de llenar un gran vacío en fotografía. Había muchas cosas que no se habían visto hasta entonces,  y creo que, de algún modo, sembramos una buena semilla en el momento adecuado.

Quisimos hacer un festival que trajera a Madrid lo mejor de la fotografía internacional y que diera la oportunidad a los autores españoles de codearse en la programación con los grandes

¿Contasteis con apoyos a la hora de llenar ese vacío en esta disciplina?

Desde el principio, las instituciones públicas se volcaron con el proyecto. Tejer las relaciones con ellas exigió mucho trabajo, pero vimos voluntad de colaborar. PHotoEspaña nació en 1998 como un encuentro, una idea global, un paraguas al que se sumaron muchas salas, organismos e instituciones, empresas y administraciones para hacer posible un milagro colectivo. El Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Cultura se interesaron por el proyecto. La Comunidad de Madrid se incorporó un poco más tarde. Muchas fundaciones como la de Telefónica se apuntaron desde el primer momento..., el Museo Reina Sofía..., etc.  El Festival nació grande.

Paula Anta_Expo_29_May_2019_-

Exposición 'Nudos' de Paula Anta en el Centro de Arte Alcobendas. Festival PHotoEspaña 2019.

¿Se han cumplido las expectativas iniciales?

Sinceramente no sabía que podíamos llegar tan lejos. Y no lo digo como un elogio para La Fábrica sino como un elogio para la fotografía y para todas las instituciones que participan en el Festival. Si miramos a la largo de estos años, la fotografía ha cambiado radicalmente y PhotoEspaña ha sido uno de los motores de ese cambio. Desde el inicio fue un proyecto muy ambicioso y la fotografía logró competir en ese momento con la pintura, la escultura o el vídeo. En este camino PhotoEspaña ha celebrado un total de 1.500 exposiciones, y anualmente, alrededor de 100. No estamos obsesionados por las cifras, solo buscamos un modelo de festival que sea abarcable, posible. Los festivales son acontecimientos públicos que tienen mucha potencia y el número de instituciones que participan es enorme.

Desde el principio, las instituciones públicas se volcaron con el proyecto. El Festival nació grande

¿Cómo afinar la selección para escoger las mejores fotografías que se muestran en el Festival? ¿Fijáis alguna clasificación por países o por otra razón?

No seleccionamos las fotografías por países. No es nuestra finalidad el origen de los fotógrafos, lo que queremos son buenos fotógrafos. Damos un gran repaso a la fotografía: histórica, europea, americana..., hemos puesto la atención en fotografías de África y aquí tenemos que incidir. También en Oriente, Extremo Oriente y Latinoamérica. Debemos abrirnos cada vez más a nuevos puntos de creación fotográfica. Además, el Festival tiene que guardar un equilibrio entre los grandes nombres -la fotografía consolidada, la que podríamos llamar de los clásicos-, y los nuevos valores. Porque al final, un festival busca cosas de calidad pero de miradas diferentes, no monográficos.

Tenemos un radar sobre lo que pasa en el mundo de la fotografía y en el mundo de las exposiciones. También en otros festivales, países y museos. Y nos apoyamos en expertos. Cada año seleccionamos a un comisario invitado a quien le pedimos que prepare un número de exposiciones con una mirada particular. A la vez estamos en contacto con muchos espacios. Conectamos con la realidad y mantenemos un diálogo con ella.

No seleccionamos fotografía por países. Nuestra finalidad no es el origen de los fotógrafos, lo que queremos son buenos fotógrafos

La fotografía ha cambiado radicalmente, ¿cuáles han sido las principales tendencias que han seducido a los fotógrafos en estas décadas?

La fotografía está sometida a una cierta estética de moda. Distinguiría por un lado los grandes nombres y personalidades, que hacen su propia carrera y que son los pilares sobre los que se construye la gran fotografía, y los fotógrafos de última generación, sometidos a determinadas tendencias. Un ejemplo muy sencillo: en las últimas décadas ha habido una cierta tendencia por la fotografía medioambiental, y anteriormente por la animal o por los edificios en construcción. Como anécdota, recuerdo cómo un comisario invitado a finales de los años 90 “rogaba a Dios” que parasen las obras de nuevos edificios que se estaban haciendo en Alemania porque había una gran tendencia en aquel momento de fotografiarlas. Hoy se están haciendo fotografías sobre la memoria, y cuando se deje de hacer memoria, vendrá otra cosa. Hablando el otro día con un amigo, rogaba que se dejaran de hacer álbumes familiares. Ahora se ven muchas exposiciones con esa parte de la memoria, muy lógica en una sociedad globalizada y que sirve de contrapeso para ver las propias raíces, pero sin embargo, se originan miradas fotográficas demasiado parecidas.

¿Significa que no estamos en un buen momento para la creatividad?

Pero no concierne solo a la fotografía. ¿Es un buen momento de creatividad para la música o fueron mejores los años 60? O para el diseño de mobiliario. ¿Es un buen momento de creatividad o estamos rediseñando modelos de otras décadas? No estamos viviendo un momento de explosión de creatividad, sino que estamos en una etapa conceptual de pensamientos sobre las cosas. Y eso lleva a la creatividad y es interesante. Estamos en una sociedad tan comunicada que todo lo que se hace se conoce inmediatamente. La situación que hay en la fotografía es esa. Hay una gran autovía que es la Red, donde el concepto novedad se agota a enorme velocidad.

En las últimas décadas hay una cierta tendencia por la fotografía medioambiental, y anteriormente por la animal o por los edificios en construcción

¿Hacia dónde va la fotografía? ¿Qué faltaría por inventar?

No creo que sea necesario inventar nada. Considero que es necesario que los artistas profundicen en su trabajo, lo hagan con calidad y autenticidad, sin copiar. Podemos estar viendo una fotografía documental como la que se hacía en los años 60, pero la estamos viendo con la estética de ahora, muy diferente. Y esa diferencia no solamente está en el fotógrafo sino también en lo que se fotografía. Las fotografías cambian porque muestran realidades diferentes. Eso es muy importante.

Considero que vamos a asistir muy pronto al resurgimiento de la fotografía documental que ha estado proscrita en las últimas décadas ya que no se consideraba artística porque estaba hecha con otros fines. Se realizaban fotografías documentales para publicar en libros pero no para ser colgadas en museos. La fotografía documental es menos introspectiva y demuestra más la realidad.

¿Qué Festival destacaría como relevante en estos 22 años?

Todos. Pero podría decir, con cierta ironía, que el próximo. La edición de 2019 fue brillantísima, con gran calidad en el contenido y concentración de nombres importantes.

¿Cómo se gestiona el presupuesto de este magno proyecto?

No controlamos la totalidad del presupuesto, son las propias instituciones las que lo hacen. Nosotros gestionamos un presupuesto por encima del millón de euros e intentamos que el Festival sea sostenible y que tenga un pequeño beneficio.


De la economía al arte

Alberto Anaut (1955). Se especializa en información financiera y trabaja desde los 19 años en  varios medios como Actualidad Económica. Fue jefe de economía en Diario 16 durante dos años, y funda la revista Mercado en 1978 que la dirige entre 1983 y 1988. Es nombrado director de publicaciones de Estructura, que edita, además de Mercado, el periódico económico Cinco Días. Se incorpora en 1988 a El País como redactor jefe de El País Semanal, hasta que en 1993 es nombrado subdirector del diario. Abandona este cargo un año más tarde para fundar La Fábrica (1994) y preparar el lanzamiento de la revista Matador. Fue también director de La Revista de El Mundo, puesto que dejó en 1997 para volcarse de lleno en el desarrollo de La Fábrica y la fundación de PHotoEspaña en 1998.

 

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