
Un siglo entre mar y aire
Por Luis Utrilla Navarro
La Escuela de la Aviación Naval de Barcelona cumple este 2020 un siglo de historia, enseñanzas y avances. Tras la creación del cuerpo militar de Aviación Naval en 1917 y el cambio de denominación por el de Aeronáutica Naval, a finales de 1920 se convocó el primer curso para tenientes y alféreces de navío. Unas semanas más tarde iniciaba su andadura la primera promoción para la especialidad de piloto naval.
Corría el final del verano de 1917 cuando un Real Decreto del 15 de septiembre daba carta de naturaleza a la Aviación Naval, cuerpo militar que contaría entre sus actividades con una escuela propia de pilotos y con una fábrica de hidroaviones.
Tres años más tarde, la Aviación Naval cambió su nombre por el de Aeronáutica Naval, al objeto de adecuarse a la incorporación a la misma de diversos globos esféricos y dirigibles semirígidos.
Si bien las autoridades navales decidieron que la instalación de la escuela de la Aeronáutica Naval se llevara a cabo en la localidad de San Javier, Murcia, diversos problemas de índole técnico y administrativo obligaron a establecer de forma provisional dicha escuela en el muelle del contradique del puerto de Barcelona.

Instalaciones de la Escuela Naval en el Prat de Llobregat, aeródromo de La Volatería, ubicadas entre el mar y la laguna del Remolar. En primer término, el hangar para los dirigibles.
El primer curso para pilotos de la Aeronáutica Naval se convocó en noviembre de 1920, destinado a tenientes y alféreces de Navío. Para la realización de dicho curso, la Armada alquiló los terrenos del Aeródromo de La Volatería y de la finca colindante de Las Monjas a la empresa propietaria Talleres Hereter. Al unísono, la Armada adquirió a Hereter las instalaciones de fabricación de hidroaviones de Casa Antúnez y el hangar del que disponía en el muelle del puerto de la ciudad. Hoy en día, los terrenos del Aeródromo de La Volatería forman parte del actual Aeropuerto de Barcelona y durante la presencia de la Escuela de la Aeronáutica Naval fue conocido como el Campo de los Marinos.
Las primeras instalaciones
Las primeras instalaciones que se levantaron por parte de la Aeronáutica Naval en La Volatería fueron dos hangares desmontables tipo Bessonneau para aeroplanos, cuyo montaje se inició en la primavera de 1921, y un hangar de tipo Vaniman para dirigibles clase O, cedido por el Ministerio de la Guerra.
El primer curso para pilotos de la Aeronáutica Naval se convocó en noviembre de 1920, destinado a tenientes y alféreces de Navío
El transporte del material que conformaban los hangares se realizó por ferrocarril hasta la estación de El Prat y desde allí, en camiones a La Volatería. Una vez construida la cimentación se levantaron las cerchas metálicas de la estructura, cubriéndose después con la tradicional lona, labor laboriosa y a la vez inútil, dadas las continuas roturas que el viento ocasionaba en el cerramiento del hangar, que finalmente se cubrió mediante planchas de chapa, quedando la lona tan sólo para las labores de puerta.
Para el inicio del primer curso de pilotos se contó con los antiguos barracones de Talleres Hereter, ocupando el edificio de la escuela el personal subalterno destinado al aeródromo. Una vez concluido el montaje de los hangares, los técnicos del aeródromo aprovecharon los cajones del embalaje en el que se había recibido el material, para construir nuevas instalaciones para los soldados.

Hangares e instalaciones de personal de la Escuela Naval.
Llegan aviones y profesores
Los dos primeros aviones para la escuela, Avro, se recibieron en la estación de ferrocarril de Badalona, desde donde se trasladaron al cercano Campo de la Bota, lugar en el que se procedió a su montaje y desde allí fueron llevados en vuelo hasta La Volatería.
Junto a los aviones llegaron a El Prat los primeros profesores A. Brown, M. Andrews y posteriormente W. Moxon y dos mecánicos, dando comienzo los vuelos el 18 de mayo de 1921 con una pareja de aviones Avro 504 K. Desde sus inicios, el director de la escuela fue el capitán de Corbeta Pedro Mª Cardona, que a su vez fue el encargado de dar las clases de Aerodinámica y Aerostación, junto con el instructor Mayor Leone, al tiempo que traducía los manuales de la casa Clerget para que los mecánicos pudieran llevar a cabo el mantenimiento de los motores.
Para proteger los vuelos de los Avro sobre el mar, se destinaron a la Escuela varios barcos: el contratorpedero Audaz, el crucero Río de La Plata y varias lanchas tipo H
Para proteger los vuelos de los Avro sobre el mar, se destinaron a la Escuela varios barcos: el contratorpedero Audaz, el crucero Río de La Plata y varias lanchas tipo H. La formación de los mecánicos motoristas se llevó a cabo en tres grupos de alumnos: cinco para los motores Clerget y aparatos Avro; tres para los motores Hispano Suiza; y dos para los motores Colombo y el dirigible. Al mismo tiempo, se pusieron en marcha las antiguas instalaciones de Talleres Hereter, que se utilizaron para completar la construcción de seis cascos para los hidroaviones Savoia 13.

Instalaciones del personal construidas con los embalajes en los que se había recibido el material del hangar.
Las ascensiones en globo
La primera ascensión en globo desde La Volatería tuvo lugar el 7 de junio, protagonizada por Pedro Mª Cardona, Leone, y los alumnos Taviel de Andrade y Guillén, tomando tierra en las inmediaciones de Monserrat. El 18 de julio se elevó en El Prat un nuevo globo que aterrizó a 5 kilómetros de Vic y el 9 de agosto se realizó una ascensión nocturna que arrastró el globo hacia el mar, saliendo una lancha y el contratorpedero Audaz en su persecución, aterrizando finalmente el globo en la playa de Mataró.
A lo largo del verano de 1921 se incorporó nuevo material aéreo a La Volatería, tanto de aeroplanos como de dirigibles. En los talleres de Casa Antúnez se montaron parte de las cubiertas de los hangares Bessonneau, y se empezó la construcción de una rampa que sirviera de varadero de los hidros en la playa cercana al Prat.

Maniobra de preparación para el vuelo del dirigible Tipo SCA de la Escuela.
El 1 de noviembre de aquel año 1921, Pedro Mª Cardona y el administrador de los Astilleros Minguell, S.A. firmaron un acuerdo por el cual, dichos astilleros alquilaban a la Marina por un periodo de tres años los terrenos e instalaciones situados en Casa Antúnez, en toda su anchura desde la orilla del mar hasta 65 metros de la fachada lindante con la carretera del Hipódromo, al precio de 24.000 pesetas al año. Firmado el acuerdo, inmediatamente se procedió al traslado de la maquinaria y herramientas desde los Talleres Hereter a los nuevos talleres de Casa Antúnez.
Hidroaviones y primeros pilotos navales
Antes de finalizar el año 1921 se recibieron dos hidroaviones Macchi M.18, con los que se iniciaron las prácticas de vuelo, y pocas semanas después, ya en 1922 se incorporaron más hidros de este tipo. Esta ingente actividad permitió que la primera promoción de pilotos navales saliera de la Escuela de La Volatería en enero de 1921, estando formada por nueve oficiales de la Marina, cuerpo que se incorporaba de este modo al naciente mundo de la aviación.

Sección de Entelado de la fábrica de aeronaves de la Escuela Naval.