
El Prado, Tesoro Bicentenario
Por Arantxa Noriega
La gran pinacoteca española, considerada como una de las más importantes del mundo, está de fiesta. Celebra su 200 cumpleaños por todo lo alto, con una variedad y riqueza de exposiciones asombrosa. Gracias a la rica programación por su Bicentenario, el Museo del Prado prevé atraer este año un 3% más de visitantes (3,7 millones).
El aire plasmado en pintura de Velázquez, la espiritualidad de El Greco, la mirada psicológica de Goya, la fantasía de El Bosco, la historia española recreada a través del arte, el magnífico edificio de Juan de Villanueva, el entorno incomparable del Paseo del Prado, ... Todo ello y mucho más componen la pinacoteca española por excelencia que este año celebra su bicentenario. Y lo hace, envuelta en unas grandes lonas que muestran fragmentos de algunas de las telas y texturas de cuadros emblemáticos del Prado. El motivo: restaurar parte de la fachada del edificio histórico al mismo tiempo que se saca el arte a la calle.

Vista exterior del Edificio Villanueva.
Las nueve obras seleccionadas para este singular proyecto, convertido en una de las cartas de presentación del Bicentenario son: La disputa con los doctores en el Templo de Veronés, La Coronación de la Virgen de Velázquez, La Trinidad del Greco, San Andrés de Rubens, La Virgen con el Niño entre San Mateo y un ángel de Andrea del Sarto, Magdalena penitente de Ribera, La siesta de Alma Tadema, Cristo abrazando a San Bernardo de Ribalta y El Descendimiento de Van der Weyden.
DOS SIGLOS DE HISTORIA
El 19 de noviembre de 1819, hace 200 años, se abría al público el Museo del Prado con fondos procedentes de las colecciones reales. La impulsora fue una mujer, María Isabel de Braganza, esposa del rey Fernando VII, quien ideó destinar este edificio a un Real Museo de Pinturas y Esculturas. Convenció a su marido para llevar los tesoros que se apilaban desordenados en El Escorial hacia un lugar seguro, donde conservar las obras y exponerlas. El Real Museo pasó a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura y, con posterioridad, Museo Nacional del Prado. Desde que Fernando VII lo inauguró han pasado muchas cosas, y el museo ha sido testigo de ellas a lo largo de estos dos siglos.
Estamos en un momento importante, con un magnífico museo de una gran proyección nacional e internacional. En este Bicentenario se ha conseguido mostrar que es un museo de todos y para todos
El Museo del Prado es, sin duda, la joya de la corona del Paseo del arte de Madrid. Se sitúa en un lugar privilegiado, en pleno corazón de la capital, rodeado de árboles por su proximidad al Jardín Botánico y en un enclave de monumentos históricos. El edificio -que en 1785 se ubicaba en el llamado el Prado de los Jerónimos (de ahí viene su nombre), fue ideado por Juan de Villanueva para albergar un Gabinete de Ciencias Naturales en un primer momento. Este arquitecto, que también diseñó el Jardín Botánico, se convirtió en una figura clave del plan de urbanismo de Madrid proyectado por el rey Carlos III. Precisamente el nieto de éste, el rey Fernando VII, y su esposa convertían el edificio en un museo de pinturas y esculturas.

El Salón del Prado y la Iglesia de San Jerónimo hacia 1871.
A diferencia de entonces, el Museo del Prado de hoy es público y sus gestores presumen de estar abierto al mundo: “es un museo de todos y para todos’, comentan. Está a años luz de aquel carácter elitista y cerrado de sus inicios cuando solo tenían acceso personas autorizadas por la Corte y únicamente un día entre semana: los miércoles, de 9:00 a 14:00 horas.
El 95 % de los españoles cree que el Museo del Prado es una de las grandes aportaciones a la cultura universal
Con los años, “la colección privada concebida para el deleite de unos pocos se ha convertido en la principal institución cultural de todos los españoles”, explican los responsables del museo. Un estudio realizado por el Instituto Sondea al hilo del Bicentenario, viene a confirmar esta máxima: el 95 % de los españoles cree que este museo “es una de las grandes aportaciones a la cultura universal” y más de la mitad define esta gran pinacoteca como pública, universal, clásica y enriquecedora. El 86% piensa en el Museo del Prado como primera opción a tener en cuenta, por delante de otros centros de arte. Prueba de ello es que el pasado año acudieron a verlo 3,66 millones de visitantes, una cifra que puede ser superada en un 3% este año, precisamente por la ambiciosa programación que sus responsables han diseñado para el Bicentenario.

Vista exterior de la Puerta Velázquez. Autor: Gorka Lejarcegi.
LA COLECCIÓN DE PINTURA ESPAÑOLA MÁS AMPLIA
El reclamo de este museo se debe, principalmente, a la magnífica colección de pintura que posee, y, sobre todo, a sus pintores. El gran valor de sus cuadros ha dejado en segundo plano, en cierto modo, a las notables esculturas, dibujos, o artes decorativas con los que también cuenta. Si los fondos iniciales del museo incluían 311 obras procedentes de colecciones reales, ahora reúne unas 7.600 pinturas, 1.000 esculturas, 4.800 estampas y 8.200 dibujos, además de otros objetos y documentos históricos. La parte de esta obra maestra que se exhibe al público es mucho menor, en torno a 1.300 obras, mientras que unas 3.100 están como depósito temporal en otros museos o instituciones oficiales.
Las pinturas abarcan desde el Románico hasta el siglo XIX, con cuadros imprescindibles de artistas como El Greco, Goya o Velázquez, Zurbarán, Murillo, Ribera, Sorolla... La rica muestra de Goya contiene más de 140 obras, y permite estudiar composiciones memorables como La familia de Carlos IV, El quitasol, las Majas, La carga de los Mamelucos o sus famosas pinturas negras. En cuanto a Velázquez, existen cerca de 50 piezas, entre las que se incluyen Las Meninas, La rendición de Breda, Las hilanderas o Los borrachos. La lista de títulos y nombres es verdaderamente interminable, aunque sólo se expone la séptima parte de sus fondos.

‘Las Meninas’ de Velázquez 1656. Óleo sobre lienzo.
LAS MENINAS, EL CUADRO PREFERIDO DE LOS ESPAÑOLES
El estudio sobre el perfil del visitante español del Museo del Prado -realizado por el Instituto Sondea-, recoge que Las Meninas de Velázquez es la obra preferida. Para un 60% de los encuestados es el cuadro que primero recuerdan, por delante de La maja desnuda (38%) y Los fusilamientos (33%), ambos de Goya. Pero este gusto ha variado a lo largo de la historia. Cuando se inauguró el Prado, el cuadro más admirado era El pasmo de Sicilia, y su autor, Rafael, el pintor favorito. Luego llegó Velázquez, pero con La rendición de Breda como icono. Es en el transcurso del siglo XX cuando Las Meninas se imponen como gran seña de identidad. También es la pintura más querida: el 31% de los españoles pondrían Las Meninas en su salón, por delante de El jardín de las delicias del Bosco (25%).
El primer catálogo del museo constaba de 311 pinturas, aunque para entonces se guardaban ya 1.510 obras procedentes de los Reales Sitios, según reza en la historia del museo dirigida por Miguel Falomir. Este explica que “el primer pintor coleccionado por los monarcas españoles, y el pilar sobre el que se erigió la colección real, fue Tiziano. A éste siguieron otros venecianos (Veronese, Tintoretto) y aquellos artistas que asumieron su legado, como los flamencos Pedro Pablo Rubens y Anton Van Dyck. La influencia de unos y otros fue decisiva para la eclosión de la pintura española en el siglo XVII, con Velázquez a la cabeza”.
El reclamo de este museo se debe, principalmente, a la magnífica colección de pintura que posee, y a sus pintores
Las Colecciones Reales, esencia de la colección del actual Museo del Prado, comenzaron a hacerse realidad en el siglo XVI bajo el mandato del emperador Carlos V; después fueron ampliadas por los monarcas que le sucedieron, tanto los Austrias como los Borbones. Los tesoros más emblemáticos que se pueden contemplar hoy en el Prado, tales como El jardín de las Delicias de El Bosco son de esa época. El siglo XIX fue el de las donaciones. Al museo llegaban célebres obras como, por ejemplo, las pinturas negras de Goya que el barón Frédéric Émile d’Erlanger, procedente de una familia belga de banqueros, donó en 1881.
NOTICIA FALSA SOBRE SU INCENDIO
Ahora que están de moda las fake news, el museo ya fue víctima de una noticia falsa allá por el año 1891. El periodista Mariano de Cavia publicaba en ‘El Liberal’ una información que hacía referencia a un supuesto incendio que había devastado las instalaciones del Prado, bajo el titular “La catástrofe de anoche: España está de luto. Incendio en el Museo de Pinturas”. Afortunadamente no era verdad y con ello quería sacar los colores al gobierno de ese momento por el estado ruinoso del museo, y así evitar males mayores. Pretendía que se cuidara más este gran museo y se prohibieran las fogatas que sus trabajadores hacían en su interior para calentarse.
En 1868, el museo se nacionalizó, democratizó y dejó de ser de la realeza. En 1872, mejoró sus instalaciones con nuevos fondos (grecos y berruguetes de renombre) procedentes del Museo Nacional de la Trinidad. Luego vinieron los años complicados de la Guerra Civil y las bombas. En este periodo se trasladaron los tesoros más valiosos a Valencia, Cataluña y Suiza, que devolvieron a España en 1939, cuando acabó la guerra. Durante la República, en 1936, el Gobierno nombró a Pablo Picasso director del museo, aunque nunca llegó a tomar posesión del cargo.
El nuevo edificio, proyectado en 2007 por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo, dio un gran giro a su diseño convirtiéndose en el gran museo que hoy conocemos
Desde su inauguración, la institución ha ido ampliando sus instalaciones; sin embargo, la mayor reforma de su historia se produjo en 2007. El nuevo edificio, proyectado por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo, dio un gran giro a su diseño convirtiéndose en el gran museo que hoy conocemos, tras cinco años de reformas y 150 millones de euros de inversión.

Vista del acceso Jerónimos. Autor: Gorka Lejarcegi.
200 AÑOS Y 100 ACTIVIDADES
El Museo del Prado celebra sus 200 cumpleaños haciendo un repaso histórico sobre lo que ha sido su vida, sus colecciones, y la evolución de la historia del arte. Para ello, sus responsables han organizado más de 100 actividades en un amplio abanico abierto a las artes, a todos los ciudadanos y a las diferentes comunidades autónomas.
Como joya del Bicentenario, se estrenaba el mismo día que arrancaba la celebración – el 19 de noviembre de 2018- la exposición: Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria que ha recorrido su historia “desde su fundación hasta llegar a ser uno de los grandes museos públicos del mundo”, apunta Miguel Falomir, director del Museo del Prado. La exposición, que finalizó el 10 de marzo, cumplió sobradamente sus expectativas de público ya que sólo en los tres primeros meses recibió 200.000 visitantes. “Se perseguía con ella volver la mirada hacia el pasado, reflexionando sobre la historia, pero con la vista puesta en el futuro” comenta la directora adjunta de administración del museo, Marina Chinchilla.
La exposición Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria cumplió sobradamente sus expectativas de público ya que sólo en los tres primeros meses recibió 200.000 visitantes
La exposición Prado 200 abierta hasta noviembre de este año está centrada en la creación del Real Museo de Pintura y Escultura y su evolución; y con Efímera, una exposición virtual, se busca trazar la historia de la representación gráfica del museo. Además, entre otros muchos eventos, el museo hace partícipe de su gran tesoro bicentenario a toda la sociedad a través de un programa de micromecenazgo. Con él se pretende acercar el arte a colectivos en riesgo de exclusión social y otros segmentos específicos como los escolares, docentes, familias, y jóvenes.

Actividades educativas con motivo del Bicentenario.
Los programas ‘De Gira por España’, ‘El Prado en las calles’ y ‘Hoy toca el Prado’ tienen como objetivo compartir el patrimonio artístico y los recursos educativos del museo por el territorio español.
Los responsables del museo han preparado numerosas exposiciones temporales de lujo para este año con Velázquez y Rembrandt, Goya, Fray Angelico, y Sofonisba Anguisola y Lavinia Fontana (dos de las pintoras más notables de la historia del arte occidental). Y ha organizado acciones que tratan de promover una reflexión sobre el pasado y el presente como 12 fotógrafos en el Museo del Prado, Giacometti en el Prado, El Museo del Prado en el archivo de la Agencia EFE. 80 años en fotografías, Gabinete de descanso de Fernando VII o Adquisiciones con el legado de Dña. Carmen Sánchez García.
En el marco del Bicentenario, también se conmemora, hasta el 30 de junio, el 150 aniversario de la nacionalización de las colecciones reales con la única pintura de historia que se encargó por el Estado con destino al Prado, Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, obra de Antonio Gisbert.

‘Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga’, obra de Antonio Gisbert.
Foto portada: Fachada del edificio del Museo del Prado con la lona que cubre las obras de remodelación.