
El futuro del agua
Por Begoña Calzón
Hubo un tiempo en que España se dividía en dos por el agua. Ahora, y desde finales del siglo pasado, la España húmeda ya no se libra del castigo de las sequías. A pesar de la reciente lluviosa primavera, el futuro nos hermana en la sed y también en la necesidad de mantener nuestras dos mejores armas para aplacarla: la planificación pública y la capacidad innovadora de la industria.
Hasta la carne se puede reproducir en laboratorio, un avance loable para la FAO, a la vista de que el cambio climático amenaza la productividad agrícola. Pero fabricar agua, aparte de costosísimo, sigue siendo un reto. La cuestión es que la pluviosidad –menor y más irregular por el cambio climático–, reducirá la capacidad de recarga de los acuíferos un 8% anual hasta 2040. Sin embargo, nuestro desarrollo económico ha acelerado su explotación: gastamos casi un 30% de estas reservas renovables cada año, el doble del promedio de la Unión Europea (UE). Y no es porque seamos especialmente derrochadores, pues hace 25 años gastábamos algo más (33,2%).
Dos tercios del territorio nacional sufren un estrés hídrico severo. Alicante y Murcia comparten sus variables climáticas con Afganistán.
CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE
El agua es cuestión de vida o muerte, y su escasez conlleva la necesidad de restricciones. Aunque en España no llegamos a la situación de Oriente Próximo o el subcontinente indio, donde residen dos terceras partes de la población mundial que sufre más de un mes de cortes al año, somos el país de la UE con mayor estrés hídrico (el cociente entre los recursos utilizados y el total disponible a largo plazo). Una situación que está contenida gracias a las políticas públicas para la planificación de los recursos que se llevan a cabo desde finales del siglo pasado y a las soluciones innovadoras para potabilizar el agua por parte de una industria que se ha labrado gran prestigio internacional.

Estrés hídrico
FAO: AQUASTAT 2008-2012
Media UE: 0.14
España: 0.32
El agua para beber, a razón de litro y medio por habitante, no entraña en sí problemas de abastecimiento, ni siquiera contando con una población flotante anual de 80 millones de turistas. Pero este consumo es una gota de agua en un mar de costumbres cotidianas como el lavarse las manos o los dientes, que puede suponer 30 litros diarios por persona, o litro y medio si se cierra el grifo. De ahí que la concienciación ciudadana contribuya a rebajar el gasto medio hasta situarlo en 132 litros diarios. Parece mucho, pero algunos de los europeos septentrionales gastan hasta 50 litros más.
El problema en España no es el consumo medio por habitante, sino que está menguando la capacidad de los acuíferos para renovar sus reservas.
“Si bien no ha llegado la situación dramática de tener que cortar el abastecimiento urbano, la sequía sí que ha castigado a la agricultura y la producción hidroeléctrica”, explica Rubén Ruiz Arriazu, director de Operaciones de Suez España, que defiende la necesidad de “incorporar el nuevo escenario a la planificación hídrica nacional”.

Meses de sed que pasa cada región del mundo.

Abastecimiento hídrico en Pedraza.
GOTEO O INUNDACIÓN
Una planificación que se ve presionada, a su vez, por las demandas de los diversos colectivos y los costes que implica optar por una u otra tecnología. El presidente de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR), Domingo Zarzo, ilustra el caso con el alegato en el arco mediterráneo acerca de que los trasvases tienen “menor coste” frente a la tecnología de la desalación, aunque, “en los últimos años se han empezado a planificar grandes desaladoras”.
Se da la circunstancia de que en los regadíos del Mediterráneo es donde se concentra el grueso de la capacidad exportadora nacional de productos agrícolas; un puntal de nuestra economía que, sin embargo, localiza su producción dentro de los dos tercios de territorio afectado con un nivel “severo” de estrés hídrico.

Trabajador en la desaladora de Torrevieja (Alicante) durante su construcción por Acciona Agua.
El Banco Mundial diagnostica que el desafío del agua en el mundo desarrollado en general está en un modelo de producción donde la agricultura se lleva el 70% del consumo, pero que en España asciende al 80%, según un informe del Observatorio de la Sostenibilidad. En comparación, palidece el uso que la industria hace del oro azul (6%). Este Observatorio propone “la paralización de los planes de nuevos regadíos”, a la vista de que hay un 20% más de superficie dedicada a este cultivo desde finales del siglo pasado.
“Además, un tercio del consumo agrícola sigue usándose para riego por inundación, muy poco eficiente”, apostilla Ruiz Arriazu. Aunque más de la mitad de los cultivos cuentan ya con goteo.
El aumento de la superficie de regadío en el arco mediterráneo ha elevado el consumo del sector agrícola: acapara el 80%, por encima de la media en la UE.
Para ofrecer una solución a los estragos que originan los problemas climáticos extremos, se promueven soluciones alternativas a escala local. Por ejemplo, para gestionar las inundaciones que provoca la gota fría en la ciudad de Alicante, la compañía municipal de aguas desarrolló un parque urbano inundable en la playa de San Juan, conocido como La Marjal, donde las aves han encontrado un nuevo hábitat. A propuesta de la Cátedra Aquae de Economía del Agua –en colaboración con la UNED–, la OCDE lo ha seleccionado como ejemplo de buena gobernanza contra el cambio climático, dado que Alicante y Murcia comparten las variables climáticas de Afganistán. Tanto, que la sequía de 2017 (declarada «extraordinaria»), en realidad, vino a concatenarse aquí con la que llevaban padeciendo desde 2014.

Panorámica desde la colina de La Marjal. En Alicante se ha desarrollado este parque urbano inundable donde las aves han encontrado un nuevo hábitat.
PACTO POR UN DERECHO HUMANO
Aunque el consumo doméstico de agua no llega al 15% del total, es clave que su suministro curse sin incidentes severos, por – que el 79% de la población española reside en ciudades, y la Agenda 2030 indica –en su sexto Objetivo– que los poderes públicos deben “garantizar el acceso al agua potable y saneamiento a toda la población”. Este Objetivo de Desarrollo Sostenible se considera ya parte de la llamada cuarta generación de los derechos humanos.
Tales garantías pasan por tener a punto las infraestructuras. Ruiz Arriazu considera, de hecho, “insostenible que sólo se esté renovando el 0,9% de la red”. Antolín Aldonza, portavoz de la Asociación Española de Empresas de Tecnologías del Agua (Asagua), expresa su preocupación –más allá de las fugas en la red de abastecimiento– por las que se producen en las de saneamiento, “ya que pueden contaminar el terreno y por tanto los acuíferos”. Según el informe encargado a la firma de ingenería Sener por Seopan, la patronal de las gran – des constructoras, estas pérdidas superan el gasto conjunto de los consumidores urbanos e industriales (26%).

La renovación de las infraestructuras hídricas es aún una asignatura pendiente.
Ante los procedimientos sancionadores que ha abierto la Comisión Europea por las ayudas otorgadas para infraestructuras planificadas, el presidente de Seopan, Julián Núñez, señala que “hay 218 actuaciones básicas especialmente prioritarias”. Aunque España sea el país con más presas por habitante y km2 del mundo, nos faltan depuradoras (solo se tratan uno de cada tres metros cúbicos de aguas residuales), conducciones e instalaciones de regadío.
En todo caso, para muchos observadores, las garantías del suministro futuro en España pasan no sólo por paliar este déficit, sino, ante todo, por solucionar los conflictos en torno a su gestión. Aldonza considera que “el problema principal del agua es el de las competencias”, repartidas entre los tres niveles administrativos, y que “en el agua inciden muchos intereses, por eso es importante alcanzar un Pacto Nacional por el Agua”. Pacto que se espera para esta legislatura.
SOLUCIONES TECNOLÓGICAS
A favor de España juega su potencial en cuanto a soluciones tecnológicas, abanderadas por la desalación y la reutilización. Zarzo se enorgullece de que, en desalación, “ocho empresas españolas estén entre las 20 más grandes del mundo”, así como de que España aporte casi el 50% de toda la reutilización de agua en Europa. De hecho, a este fin se dirigen más de la mitad de las actuaciones previstas por el Plan de Acción que se ha puesto en marcha este año hasta 2020 dentro de la Estrategia Española de Economía Circular.
A LA VANGUARDIA DE LA DESALACIÓN
Dentro de las soluciones de desalación y reutilización, Alejandro Zarzuela, director técnico y de Innovación Tecnológica de Acciona Agua, pone de relieve la importancia de la tecnología de ósmosis inversa, “que está desplazando a la desalación térmica, tradicionalmente utilizada en Oriente Medio”. Con esta tecnología, además del agua de mar, se tratan las aguas salobres continentales para su reutilización como riego, infiltración en acuíferos “o incluso para su consumo directo, futuro que ya no parece tan lejano en áreas como California o Texas”

Estación de tratamiento de agua potable en S. Joan Despí.