REVISTA ENARTE #7, Arte contemporáneo
“La fotografía me hace más libre”

“La fotografía me hace más libre”

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Montserrat Soto (Barcelona, 1961) ha disfrutado de un dulce 2019: a principios de año, recibió el II Premio Trayectoria Fundación ENAIRE en reconocimiento a toda una carrera profesional dedicada a la fotografía; más tarde fue premiada con el Plena Moon y, para rematar, a finales de octubre el Ministerio de Cultura y Deporte le concedió el Premio Nacional de Fotografía.

 

La artista, que vive y trabaja en la pequeña localidad burgalesa de Gumiel de Izán, donde encuentra el retiro necesario para trabajar en sus obras, cuenta con una de las producciones artísticas y visuales más peculiares del panorama nacional. Formada en la Escuela Massana de Barcelona y en la School of Fine Arts de Grenoble (Francia), la fotografía e instalaciones de Soto destacan por la profundidad de su mensaje y una temática que refleja, desde su particular mirada, la actualidad.

“La fotografía es un medio, una herramienta con un lenguaje propio, que me permite registrar el mundo para luego poder pensar a partir de él. La fotografía me hace más libre, ya que en esa nueva reinterpretación del entorno me lleva a lugares mucho más profundos del pensamiento”.

Sus obras se han expuesto en prestigiosas salas y centros de arte como el Museo Reina Sofía, la Fundación Telefónica, el Museo Patio Herreriano (Valladolid), además de exposiciones individuales en México, Suiza, Portugal, Venezuela...

Tus series de trabajos son muy meditadas, nada parece anecdótico; ¿de qué otras artes te nutres? Por ejemplo, en la exposición de los Premios de Fotografía Fundación ENAIRE 2019, has mostrado Infierno ciego, una serie inspirada en La divina comedia. ¿Tiene la literatura un papel importante?

Principalmente me alimento del entorno, de lo que ocurre alrededor. Siempre surgen “extrañamientos” en los que intento profundizar. Cuando he decidido trabajar sobre algo, investigo en todos los ámbitos del pensamiento, lo que se ha dicho y hecho en el pasado, lo que se esta haciendo en el presente y, sobre todo, las revelaciones del futuro.

Voy tirando de la cuerda hasta que me siento satisfecha. Aunque verdaderamente nunca acabo con ninguna conclusión determinante, lo que sí desarrollo es una fuerte sensibilización por los temas que he abierto a través de estos trabajos.

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Inauguración de la exposición del Premio de Fotografía Fundación ENAIRE 2019 en Real Jardín Botánico de Madrid. Junio de 2019.

Es habitual escuchar que el arte debe ser reflejo de su tiempo... ¿Dirías que tu creación es global? O consideras que refleja una temática más particular, por ejemplo, española.

Cuando profundizo sobre algo, inicialmente intento no ponerme límites. Me dejo llevar por lo que va surgiendo. A veces aparezco cerca, y otras veces, perdida en algún lugar desconocido. Se que la autocensura es nuestra peor enemiga, por ello intento controlarla.

¿Qué o quién te inspira? ¿Quiénes son tus maestros?

Cuando me preguntan esto nunca he sabido contestar, ya que el listado sería larguísimo.  Admiro a muchísima gente, por su pensamiento y por sus actos, y me interesa mucho ver cómo han llegado a esas conclusiones y a esas acciones de triunfo o fracaso.

Se que la autocensura es nuestra peor enemiga, por ello intento controlarla

Entonces, a la hora de crear, ¿cuenta cada experiencia? ¿Separas lo cotidiano de la trascendencia del acto creativo?

Me encanta observarlo todo y me siguen sorprendiendo muchas cosas. Mi experiencia empírica, como observador y vividor, por supuesto queda retenida y se expresa en el acto creativo.

¿Te consideras una pionera en tu estilo?

Por supuesto que no me siento pionera de nada. Al contrario, casi todo está pensado y hecho, aunque las nuevas técnicas lo presenten como algo nuevo. Pero siempre es interesante repensar con la contemporaneidad los nuevos eternos retornos del ser. Es por eso que la información es una fase muy importante en mi proceso de trabajo.

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Fotografía de la serie Doom City. Montserrat Soto ©

¿Sientes que tu trabajo es comprendido, que el mensaje llega al público?

En los trabajos más duros que he hecho, he comprobado que hay un periodo de 10 años hasta que mi entorno empieza a interesarse. Quizás porque la presentación no era fácil o fallida, o porque pedía mucho interés y compromiso al espectador. Sin embargo, con el tiempo encuentras al público al que va dirigido.

En 2018 Fundación ENAIRE crea dos nuevos premios con el objeto de consolidar nuestro apoyo a la creación visual en las diferentes etapas del ciclo profesional de los artistas. Concretamente, el Premio Trayectoria, surge como reconocimiento a toda una carrera profesional dedicada a la fotografía artística; ¿qué supone el Premio Trayectoria Fundación ENAIRE para ti?

Este es un premio que valoro mucho, porque reconocer a los artistas en sus trayectorias no es habitual. Es reconocer que el artista tiene un proyecto y se puede equivocar y puede reconducirlo en los procesos creativos. Es admitir que las obras no son aisladas, sino que forman parte de una forma de analizar y de mirar. Sabemos que los artistas tienen muchas dificultades para la supervivencia, y por lo tanto para la creación, por eso, que exista un premio como este, es algo muy destacado.

¿Hay algún proyecto especial que puedas abordar gracias al Premio Trayectoria Fundación ENAIRE?

Pues sí. Llevo muchos años con un proyecto que se llama “Doom City. Del Hombre nómada al hombre sin lugar” y, en este momento, gracias al premio creo que podré avanzar notablemente.

Por último, ¿qué consejo le darías a los creadores más jóvenes?

No creo que yo sea una persona que tenga que dar grandes consejos, pero cuando doy algún curso, siempre les indico a los alumnos que tienen que evitar las ocurrencias, ya que a la larga es un camino muy insatisfactorio.

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