Soledad Sevilla (1944) pertenece a una generación de artistas que permanecieron vinculados a la estética constructivista desde mediados de los años setenta. Soledad Sevilla se sirve de la luz, el color, y el movimiento para desarrollar una poética de lo envolvente, lo inmaterial y lo efímero. El espacio y el tiempo son sus ejes conceptuales. Pintura e instalación son, para la artista, elementos complementarios.
Desde 1997, Sevilla opta por los formatos muy grandes, agrupados en series, lo que le permite “una expansión infinita en todas las direcciones”. La serie SICA la realizó durante una estancia en Granada. Todos los días paseaba por la carrera del Darro, una de las calles más antiguas, y en ella admiraba el cambio de color de una parra virgen en otoño. Aquella planta dio lugar a este mural pictórico.

'Sica', 1997. Soledad Sevilla