Paloma Navares (1947) cultiva flores en su jardín mediterráneo. Las corta en pleno esplendor, y las deja marchitar para añadirles esa intensificación barroquizante del colorido de una flor a punto de caducar. Llegados a este punto, clona los pétalos, los estambres, y los pistilos. Las convierte en súperflores y, por si fuera poco, las completa con grabados antiguos de otras civilizaciones. En éste caso de la cultura japonesa.

'Misuague. Canción de Geisha, 3/5', 2008. Paloma Navares